Es la nueva palabra
que nombró lo difícil,
lo sútil, diferente.
Lo peculiar, de ese afecto.
El sabor de los besos.
el color de los labios.
la sensación que un cuerpo
producía en el gusto,
Llamé a eso, lo dulce.
La impresión de la ausencia,
desacuerdos, peleas.
Heridas infringidas.
en la senda conjunta.
Tal vez, eso es, lo agrio.
Pero el adjetivo,
no se ajusta al sabor.
Ni son agrios ni dulces,
Los momentos vividos.
Los llamaría ocales.
Pues preferí el misterio
de la palabra , ocal.
que me pareció siempre
antigua y elegante.
Aunque nunca he sabido
lo que significaba.
El diccionario alumbra:
Cualidad de lo doble.
Referida a la seda,
de dos gusanos juntos.
También lo considera,
gustoso y delicado.
Referido a los frutos
de un árbol granado.
Es más, el sabor propio
de aquel amoe soñado.
Begoña Gómez Pérez